Los antioxidantes son sustancias que contribuyen a retrasar o prevenir ciertos daños celulares,  consecuencia de los radicales libre y el estrés oxidativo (los cuales son el resultado de algunos procesos metabólicos en nuestro cuerpo) lo mejor de todo es que son muchos los alimentos que los contienen y por eso hoy quiero compartir algunos de mis favoritos contigo.

Los frutos rojos: estos alimentos contienen uno de los antioxidantes más importantes, los polifenoles, concretamente flavonoides, los cuales tiene propiedades quelantes ayudando a eliminar residuos tóxicos del organismo además de conferirles propiedades antiinflamatorias y antibacterianas.

Las zanahorias: contienen carotenoides que brindan su característico color, los carotenoides son sintetizados por las plantas durante el proceso de fotosíntesis y se encargan de la neutralización de las especies reactivas de oxígeno las cuales juegan un  papel importante en el desarrollo y mantenimiento del estrés oxidativo celular además ser precursores de la vitamina A (retinol) que entre otras cosas ayuda a mejorar y mantener la salud visual.

Las naranjas: esta fruta también contiene carotenoides pero en esta ocasión quiero enfocarme en hablar de su contenido de ácido ascórbico o vitamina C, uno de los antioxidantes estrella. La vitamina C es una vitamina hidrosoluble que solo podemos obtener a través del consumo de alimentos y que es de suma importancia para la producción de colágeno, elastina además de ser necesaria para mejorar nuestro metabolismo y proteger los ácidos nucleicos del estrés oxidativos.

El aceite de oliva: el aceite de oliva contiene vitamina E (tocoferoles y tocotrienoles) esta es una vitamina liposoluble que previene la oxidación del colesterol "malo" (LDL) y nos proteje de los radicales libres.

Estos alimentos no solo son fáciles de incorporar a nuestra alimentación por su delicioso sabor y gran versatilidad sino que todos contribuyen a mejorar tu salud desde el interior hasta el exterior por eso ¿Qué esperas para comenzar a consumirlos?

Aprender a comer con conciencia no es algo que solo va de la mano de un cambio de hábitos pues como te he mencionado en artículos anteriores, la nutrición es un proceso muy complejo y en él, intervienen a diario cientos de factores  que tanto a nivel intrínseco como a nivel extrínseco se encargan de modificar y adecuar nuestra alimentación, lo que si es cierto es que como consumidores no solo comemos para cubrir las necesidades que nuestro cuerpo demanda a nivel fisiológico, hay algo más que nos une a la comida y por ello; entender ¿Por qué comemos lo que comemos? es uno de los primeros pasos para poder adecuar nuestro perfil nutricional a nuestras necesidades, metas y sobre todo estilo de vida hasta lograr orientarlo a una alimentación armónica, suficiente y adecuada tanto en cantidad como en calidad.

ya te he hablado de esto a profundidad en mi artículo ¿Lo qué quieres o lo que necesitas? así que si quieres responder a esta pregunta pasa a verlo entrando aquí

Ahora bien, comer con conciencia sin dudas es algo benéfico para tu organismo pues básicamente se tratada de convertirte en un consumidor inteligente y responsable que es capaz de identificar ¿por qué come? ¿Cuándo necesita comer y cuánto? desarrollando así una alimentación completa sin restricciones o abusos y sobre todo sin esfuerzo; ¿Suena bien no? 

Es por ello que hoy quiero dedicar este artículo a explicarte cómo puedes convertirte en un consumidor consciente, brindándote consejos y estrategias efectivas para mejorar tu conducta alimentaria y tu relación con tu cuerpo y la comida. 

Para iniciar quiero resaltar que una de las claves para convertirte en un consumidor consciente es escuchar a tu cuerpo, es muy importante entender que constantemente nuestro organismo trata de comunicarse con nosotros enviando señales de lo que le gusta y lo que no, cuando está lleno o tiene hambre o simplemente indicándonos las cosas que nos funcionan y nos hacen sentir bien, es por ello que una de las premisas para garantizar el éxito en tu bienestar nutricional es sin dudas mejorar la relación con tu cuerpo, entenderlo, respetarlo y escucharlo. 

Para ello yo suelo recomendar hacer ejercicios de yoga o meditación ya que son una excelente forma de conectar tu mente y tu cuerpo, mejorar la concentración y estado de ánimo.

Otro aspecto importante es dividir el total de las calorías diarias que necesitas en pequeñas comidas a lo largo del día, esta es una forma astuta de repartir los nutrientes que necesitas durante el día sin pasar hambre, cada comida debe estar en proporciones adecuadas a tus necesidades por lo que comer más veces al día no hará que subas de peso, por el contrario; te permitirá evitar picos de insulina en sangre, mejorar tu metabolismo y niveles de energía.

Incluir proteínas, fibra y grasas buenas en cada comida es otra estrategia que te ayudará a controlar los niveles de glucosa en sangre y prolongar tu saciedad evitando los ataques de ansiedad entre comidas, estos alimentos contribuyen además a mejorar tu metabolismo aumentando tu gasto energético en reposo.

No tengas la idea de que existen "comidas prohibidas" no solo no es cierto sino que perjudica la relación que tienes con los alimentos haciendo que te sientas culpa al comer o que incluso dejes de hacerlo con el fin de evitar estas comidas "poco sanas", recuerda que no existen alimentos buenos o malos, lo importante es ser un consumidor responsable y no abusar ni en la cantidad ni el frecuencia con la que consumes ciertos alimentos para poder generar un balance energético optimo en tu alimentación.

Por ultimo tomate tu tiempo para comer y disfrutar de los alimentos sin distracciones, es importante que te concentres al momento de comer y que en cada comida te tomes el tiempo de masticar y disfrutar lo que comes, así es más fácil diferenciar cuando ya no tienes hambre y comer de forma moderada.

Espero que estos consejos te ayuden a mejorar tu conducta alimentaria y convertirte en un consumidor consciente, nos vemos la próxima semana en La hora para mí.