Las prácticas alimentarias, ideologías y preferencias están sujetas a un  entorno social que permite su aceptación, eficacia y mantenimiento con el paso del tiempo, es por ello que nuestra relación con la comida se convierte en un punto en un aspecto dependiente que comienza a crearse incluso antes de nacer con lo que mamá se alimenta durante la gestación y que en la niñez se moldea con lo que otros nos dan para comer siendo este un proceso que se condiciona por el entorno en el que crecemos el cual nos hace determinar que nos gusta y que no. 

Nuestra relación con la comida no siempre es capas de distinguir si nuestras prácticas alimentarias  son buenas o malas para nosotros, sin embargo puede llegar a distorsionar el cómo vemos a los alimentos e incluso la forma de consumirlos y por eso es importante que partas por entender que no existen alimentos buenos o malos sino consumos inapropiados de los mismos y es importante que entiendas que una buena relación con la comida parte de la aceptación hacia tí, hacía tus necesidades biológicas y a un proceso que a pesar de ser voluntario es necesario para que puedas ser una persona funcional, entonces... Cómo podemos transformar nuestra relación con la comida? 

El primer secreto para una buena relación con la comida es respetar y priorizar tu individualidad, es decir; a pesar de estar expuestos día a día a estándares de bellezas o modelos socioculturales que promueven dietas específicas debes entender que no todo va a funcionar para ti y esta bien, tu cuerpo es diferente al resto y tus requerimientos y gustos también son importantes por eso no debes enfocarte en ti y experimentar sin miedo con la comida hasta encontrar lo que realmente te hagan sentir cómodo y no comprometa tu salud.

Consulta con un profesional si quieres estar más seguro pues este te ayudará a identificar si hay alimentos a los que eres intolerante o alérgico y te dará una orientación adecuada a tus requerimientos y gustos de cómo puedes combinar o sustituir alimentos para tener una alimentación balanceada sin sacrificio o remordimiento.

El segundo secreto es  transformar tus pensamientos y aceptar a la alimentación como un acto de amor propio y autocuidado, comer es necesario y solo tú puedes mejorar los sentimientos que te hacen comer con culpa, miedo o por obligación y limitar tu vida social no es la solución. Debes ser capas de mantenerte firme a pesar de las opiniones o influencias del resto de personas que te rodean y para ello una de las cosas que recomiendo es practicar yoga y meditación, esto te ayudará a controlar la ansiedad y los pensamientos negativos a la vez que conectas con tu cuerpo y aprender a escucharlo.unas apps que me gustan  mucho son  headspace y root.

Por último pero no menos importante respeta tus límites, escucha a tu cuerpo y respeta tus niveles de hambre y saciedad, es decir; come lo que realmente necesitas sin excederte aún cuando estés lleno o por el contrario dejando de comer aún con hambre, no excluyas grupos de alimentos en tus comidas, pases largas horas sin comer o dejes de hacerlo, todas estás acciones son formas de lastimarte y abusar de tu cuerpo comprometiendo a tu salud, en cambio trata de establecer horarios para tus comidas, incluir al menos un alimento que realmente disfrutes en cada plato y crear plazos no mayores a 4 horas entre comidas pues te ayudará a reducir tu ansiedad, incluir más cantidad de nutrientes y darte más oportunidades a lo largo del día para aprender a disfrutar de la comida.

Pon en práctica estos consejos y recuerda que la comida es y será siempre parte de tu vida así que por qué no llevarse bien con ella? Gracias una vez más por acompañarme una semana más en La hora para mí.